Desde Casa San José, en Cochabamba, nos llega una historia de algunos de los muchachos en situación de calle que están acogidos allí.
«Me llamo Andrés, tengo 13 años y vivo en la ciudad de Cochabamba. Hoy he pensado que sería un buen día para contarles algo que me pasó:
En una de mis múltiples escapadas del colegio conocí a dos niños como yo, que eran hermanos: Lionel de 11 años y Daniel de 6. Me los encontré allá por las calles del olvido y la nostalgia, unas calles concurridas y ruidosas. Pedían dinero a los transeúntes y a los vehículos, sin importar el peligro que corrían, aunque creo que para ellos era divertido y nada peligroso. Yo traía un poco de comida, así que me detuve a descansar y a comer mi escasa merienda. En ese momento intercambiamos unas palabras y entablamos una amistad. Nos contamos muchas cosas, entre ellas que su mamá los abandonó y su papá no los cuidaba; tenían siempre hambre y el cariño siempre faltaba. Esto me lo contaron con mucha nostalgia y pesadumbre. Así que habían decidido salir a las calles para hacer malabares y pedir dinero para poder comprar comida para ellos y sus hermanas más pequeñas.
Ese primer encuentro fue seguido de otros más, con lo que tuve bastantes oportunidades de compartir un poco de merienda con ellos y hablar de nuestras cosas. Pero un día, ya no los encontré más. Era como si hubieran desaparecido.
No obstante, mi suerte también cambió. Una tarde después de estar rondando por la calle sin rumbo, la policía me atrapó y me llevó a un hogar llamado Casa San José. Yo no quería entrar a vivir en esa casa, pues me gustaba la vida en la calle y ese lugar era extraño y desconocido para mí. Mi gran sorpresa al entrar fue ver en el patio a varios niños jugando, pero lo que me llamó la atención fueron dos en concreto que no eran desconocidos para mí. ¡Allí estaban Lionel y su hermano Daniel! Me imagino que tuvieron la misma suerte que yo y la policía los encontró solos en la calle. Después de bañarme y ponerme ropas limpias corrí a darles un fuerte abrazo. Y nos pasamos la tarde hablando y contándonos nuestras aventuras.
Lionel me contó que sus hermanas estaban viviendo en otro centro, aunque la más pequeña, de cinco años, se puso muy enferma y murió de leucemia.
Después de unos meses viviendo en Casa San José con varios niños, divirtiéndome y estando contento y feliz, Lionel me contó que su papá iba a venir con sus hermanas para irse todos juntos a vivir a su casa, los cuatro. Me puse triste, pero me alegré por ellos cuando vi cómo el papá abrazaba a sus hijos. Un abrazo esperado por Lionel y Daniel. Aquel día salieron muchas emociones después de meses separados así que acabaron todos llorando.
A mí me entró mucha nostalgia por mi familia, los extrañaba también mucho. Espero que pronto haya un reencuentro con ellos, así como el de Lionel y Daniel. Ustedes me preguntarán por qué me escapé si quiero a mi familia, pero esto ya es parte de otra historia, la mía, que tal vez algún día les contaré».
El pasado 1 de mayo, el equipo y todos los niños y adolescentes de Casa San José festejamos el aniversario número 17 de nuestra casa. Estamos muy orgullosos de estos diecisiete años que llevamos sirviendo a la población más vulnerable, buscando todos los días que los niños y adolescentes acogidos en nuestra casa recuperen el derecho a vivir en familia.
En todos estos años hemos contactado con más de 5.500 niños en las calles de Cochabamba y hemos atendido en la casa a más de 2.200 muchachos. De todos estos más de 1.100 regresaron a sus hogares y un número importante fueron transferidos a otras instituciones. El Gobierno de Bolivia, en este año 2021, nos ha entregado un reconocimiento que reza así: “Por su destacada labor en favor y velando por el desarrollo integral de niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad, brindando apoyo, cobijo, alimento, atención y sobre todo respeto a los derechos y dignidad de las personas, por su vocación de servicio y aporte al desarrollo humano en el departamento de Cochabamba, Bolivia, con un valor invaluable.” Este reconocimiento nos honra, pero mucho más el recuerdo de cada uno de los niños, hijos queridos de Dios a quienes hemos conocido. Nos llena de alegría y orgullo haber compartido y haber aportado un cambio a muchas de sus vidas, ayudando a que hayan retornado a sus familias o se hayan incorporado a otras instituciones educativas. ¡El trabajo con todos ellos ha valido la pena, y seguimos adelante!
La institución Club de Leones de Bolivia organizó hace unas semanas el concurso “Cartel de La Paz” en todo el país, para llegar en especial a todos los niños y niñas. Con este concurso tenían interés en llegar a los niños institucionalizados, privados del cuidado parental, que residen en centros de acogida, víctimas de violencia, abandono y situación de calle. Uno de los objetivos era que estos niños recibieran un mensaje de paz, amor y esperanza, que les generase resiliencia para superar las circunstancias tan adversas que han sufrido en su vida.
Los adolescentes de nuestra Casa San José participaron en el concurso realizado a nivel de Cochabamba para una posterior selección a nivel nacional. Las educadoras del centro les ayudaron y acompañaron a que desarrollaran sus habilidades artísticas en dibujo y pintura y así pudieran expresar lo que significa para ellos la paz.
Tuvimos una grata sorpresa cuando supimos que los dibujos de nuestros adolescentes fueron seleccionados para una representación en toda Bolivia. De esta manera, y con eventos como este, se van reforzando las diferentes aptitudes y habilidades artísticas de todos los niños y adolescentes acogidos en Casa San José, y ellos descubren, maravillados, muchas destrezas que tal vez debido al tipo de convivencia con sus familias hasta ahora no habían sido estimuladas. Y, claro, fueron premiados por su arte y su creatividad. ¡Nos alegramos con ellos!
Desde Bolivia, los niños de Casa San José en Cochabamba han producido un corto vídeo para mandar sus oraciones y sus ánimos a amigos de distintos países. El confinamiento en este centro para niños en situación de calle ya tiene un mes de duración. Los educadores se turnan cada 15 días y han adaptado las actividades de los niños a la nueva realidad, con otros horarios y dinámicas, y sobre todo, más juegos. Los niños no pueden recibir visitas de sus familiares y se ha optado por videoconferencias semanales para que así no pierdan el contacto tan anhelado con sus padres para una posterior reintegración. Sabemos que en medio de estas circunstancias tan especiales, la vuelta al hogar va a demorar bastante. También se suma la delicada situación económica de los padres, pues son familias que viven día a día y la cuarentena les está afectando ya que no ingresan lo necesario para su canasta familiar.
¡Esperamos sacarles una sonrisa con este mensaje tan amoroso!
http://www.youtube.com/watch?v=4fXetdYcH68
Conmemoración del aniversario de la Casa San José en Bolivia
El 1 de mayo, día de San José Obrero, es una fiesta muy señalada para Casa San José en Cochabamba, Bolivia: marca nuestro aniversario. Hace catorce años que abrimos las puertas para acoger a niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad, especialmente en riesgo de calle y en calle, para que vivan dignamente mientras se trabaja con la familia de origen para que la reintegración familiar del joven sea exitosa, y no se repita la desprotección.
En Bolivia hay cerca de 2.200 niños y adolescentes que viven en la calle, más de 1.000 viven en cárceles acompañando a sus padres, que cumplen algún tipo de sentencia penal, y otros cientos son víctimas de la violencia sexual comercial, la trata y el tráfico.
Para conmemorar el 14º aniversario de la Casa, el pasado día 1 de mayo Monseñor Tito Solari (arzobispo emérito de Cochabamba) nos acompañó y celebramos la eucaristía con los 24 niños y adolescentes que están actualmente en Casa San José. Fue una celebración muy hermosa, cálida y alegre. Monseñor repitió varias veces a los niños acogidos que a Dios lo que más le gusta es que los niños siempre sonrían y estén alegres. «Sean niños sonrientes, transmisores de luz, para que iluminen siempre el mundo, pues Dios los tiene en su corazón y los ama mucho», les dijo.
El pasado 14 de octubre el Club Elsa de Mallorca realizó un cóctel solidario en el hotel Gran Meliá Victoria para apoyar a Casa San José en Cochabamba, que trabaja con niños en situación de calle. El cóctel, auspiciado por la cadena Meliá, contó con la asistencia de 150 personas a las que se presentó un documental del proyecto a cargo de Montserrat Madrid, directora del centro y miembro de la Comunidad de San Pablo. El evento fue amenizado por los grupos Sounds of Earth i Els Valldemossa y contó con una subasta y rifa benéfica. Desde aquí queremos agradecer al Club Elsa y a la cadena Meliá su colaboración a favor de los niños en Bolivia.